sábado, 26 de septiembre de 2009

MUJER DE TERRACOTA


Aportando un poco de luz al pantano
vas amaneciendo
quemándote con un beso de cerveza.

La nube de luciérnagas se fragmenta,
se disipa el primer plano de la enramada;
languidece el manglar con disimulo,
al fin comprende el lodo
que sos lámpara.

Avanzando sin reparar en tu follaje
vas amaneciendo
capturando ondas melifluas de rocío.

Una hoja verde se delata,
el hurto de su brillo te sonroja;
tiernas licencias acompasan
el ritmo lacerante de tus piernas.

Despreciando los duendes de tu dicha
vas amaneciendo
sacudiéndote con tenues sonrisas de misántropa.

Deseándote,
invitás a la nada,
a perderte en las sales que te empapan.

Viéndote tallada en árboles de caucho
vas amaneciendo
aplaudiéndote en la penumbra,
cofre inasible con partículas oleaginosas.

Celoso tu volcán
se va intrincando en la desmemoria.
Para beberte habrá que ser un pez prehistórico,
residuos humeantes del descanso dominical,
una soga flamígera
o un tallo de caña de azúcar.

Te separan del día despierto
láminas traslúcidas que gotean;
tanto que el hombre de boina que te espía
tendrá que poseerte grabada en terracota.

Arena para lavar su pecho;
vas amaneciendo de nuevo...

viernes, 25 de septiembre de 2009

DE HABER SABIDO


De haber sabido hubiera hecho del café, tinta para mis poemas.
De haber sabido,
le habría dicho a un mal profesor
que las servilletas también recogen hervores del alma,
pero entonces no entendía que su soberbia no era poética.

De haber sabido,
hubiera inundado el patio de la Biblioteca
con dédalos de naturalismo ruso.
Hubiera saltado la cerca hacia adentro,
para romper las condecoración de la palabra fácil.

De haber sabido,
el código civil no hubiera podido seguir reproduciendo
hombrecillos de papel,
mi secreto sol nocturno estaría ahora a salvo
de los cuentos vacíos que envanecen los semblantes
de los rostros patentados.

De haber sabido,
tanta prosa estulta no habría viajado tanto,
la bohemia de los uniformes negros
en vínicos trasnochos no se hubiera remojado.

De haber sabido,
que era tan fácil ver coronada con olivos aquellas testas arribistas,
literatas según deshonestos engreimientos,
tan sólo un puñado de letras en ayuno
hubiera bastado para destronar los lápices banales
que obran como cetro de los fanfarrones.

jueves, 24 de septiembre de 2009

SIN ALIENTO



Soltar el alma
En el último vaticinio
Del sonido fiel
De la trompeta
Desgarrada
Permite
Digo
Desatar el aliento
Deshonrado
Para que haga
Lo que no tiene que hacer.

León Plata. 09 de junio de 2007.

RETRATO DE DOS METROS CUADRADOS DE CIELO NOVEMBRINO


Las estrellas se asomaron tímidamente para lloriquear unas cuantas gotas de nubes rojizas, o rosadas, riéndose a carcajadas de la tonta desilusión de un hombre solo, más que solitario, mientras una leve esquela de pescado, espinas blancas, hágame el favor, surcaban su espacio con muchos pies de bajura, que no de basura, que no de baja altitud, entiéndase bien…

De pronto recorriendo este diáfano hemisferio, surcando el velo indulgente de los santos, el cielo fragmenta su anchura en tediosos números de alquitrán; en pedazos que extorsionan las pestañas con la imposible idea de desplomarse sobre la oscuridad, con todo y su ternura.

El fulgor amarillento desprendiéndose de su pensar, pues que no se evidencia más en su suelo, hace restallar los tintineos de las balsas que lo atraviesan, sobre las turbias cabezas de los desolados.

Se escribe la noche y la noche es escrita, con puntas de siluetas, baladíes si se les permite; inmerso en sus corolarios, cabe la duda modesta, de si en sus lánguidas ventanas, el crepúsculo es tan astuto, como para devorarlo todo, incluso el futuro que habló, en días cálidos de fresca brisa, del lírico frío del río Neva, cuando derritió éste cosacos y levitas.

LEON PLATA
NOVIEMBRE TAL DE 2006
En ridícula lucha con un atardecer que ni amaneció ni anocheció…

miércoles, 23 de septiembre de 2009

RUTINA



Cuando el sol  vomita su savia amarillenta
Y los cuerpos se sostienen a pesar de ser atravesados
Por miles de diminutas espadas
En pos del encuentro con las migajas que la rutina deja
Y es menester marchar sobre corrientes de burda alienación,
El coraje de las sombras
Que se resbalan por cualquier alcantarilla,
 Aborda,
Sediento,
El funeral de las pulsiones
Y la modorra del tener que pensar.

León Plata. Cinco de febrero de 2007.

lunes, 21 de septiembre de 2009

A DURAS PENAS


A duras penas clama el alba por su despunte;
el cielo llueve tantos partos fallidos
en la inmensidad de los fatuos tiempos.

Colosal ha sido la derrota
de lo humano, de sus arcas, de sus cuentos.
La guerra por los porvenires
no ha calado en la memoria planetaria.
Los celadores de la historia
no han querido viajar en caravana.

El sueño colectivo de los tercos
sigue soñando su tierra fértil,
su arado.
Su búsqueda es inagotable,
el sudor no tortura las visiones,
pero a duras penas,
los cafés vitalizan los años,
como otrora.

A duras penas osa el cielo
preñar las décadas;
a duras penas sudan los cuellos
en su intento de sostener los pensamientos.
ya no lloran los crepúsculos sobre los hombros,
ya los cayados sobre la tierra no invocan truenos,
aunque aún queda aliento,
el abrazo inquieto de la madrugada,
la visita sorpresiva de un compadre
en la modorra blanquecina de un domingo,
o el asalto rudo de algún amor enardecido
en medio de salaces despertares.

Con todo,
Hay que apresurarse amigo;
ayer pregonaba un tabloide decimonónico
que bien podría el Señor de los miedos
extirpar la vía láctea de las células nerviosas.

domingo, 20 de septiembre de 2009

ANGUSTIA DE CIUDAD


La ciudad se toma los montes
asaltando sus tiempos.
La ciudad calcula en sus cuadernos
el festín de los tecnócratas,
planificando la vida de las helioconias,
ofreciendo baratas de psicoanálisis
en la libertariana elegía de algún shopping center.

La ciudad te obsequia un nuevo reino,
aséptico,
limpio de accidentados latidos;
renovadas noches en botellas antropomorfas.

Ya corazón,
no podés sentir discretos miedos,
ni conatos de oprobio,
para eso la ciudad receta
píldoras fulminantes del sentimiento;
si querés sufirir
escondete entonces en los velorios.

La ciudad todo te lo ofrece
y sos vos corazón
ciego adalid de sus pasados.

sábado, 19 de septiembre de 2009

18 DE SEPTIEMBRE DE 2003: CHAO


Atravieso las lúgubres crestas de una hoja en blanco color crema, distanciado del universo salvaje que por horas infinitas hace diminutos instantes me ha rozado.

Salgo de la desmesura del tiempo que observo como sin querer darme cuenta que hoy es uno de esos días 18, en los que solía detenerme en la primera estación para derrotar la intangible.

Aún no sé por qué hace tanto calor, si en la esfera que me encierra, se diluyen los tonos grises de cada diciembre empotrado en las cumbres andinas.

Percibo el sonido del campanario torturando la tranquilidad exigua de las palomas…
Este calor… no huele a mar, no filtra sinsabores en la guerra del viento; no lo conozco… me invade de súbito. Me siento acorralado

LEON PLATA EN UN 18 DE SEPTIEMBRE, EN TOSCA ESPERA…

jueves, 17 de septiembre de 2009

CRÓNICA DE UN TEMBLOR INTERNO





Ayer morí,
De a poco me fui dando cuenta.
Primero fue un furgón cargado de euforias
Que recorrió los vellos de mi pecho.
Me obligó a dar tres brincos hacia el cielo
Y liar un cigarro de nubes blanquecinas.
Lo fumé enterito, todo.
Los olores húmedos de la mañana
Se empeñaron en olvidar una gotera azul
Que por momentos aturdía.
Sentía los labios de mi mujer empañando el monitor
Entonces, ya había devorado las últimas entradas de los blogs
Que asiduamente acompañan mi tercer café;
Luego sus ojos, su mirar
Evaporándose en el sudor que osó esquivarme.
Un intento de baño sobrevino
Una tentativa de contarle al mundo que sí lo quería,
Una charla y una amiga,
Y más tarde un terremoto
Sacudiendo espíritu y tendones,
Dudas y certezas,
La mecedora del patio soportando mi sobrepeso.
La espada de Leon-O huyendo de mi infausto albor.
Fui fuerte y corajudo
Cojones no me faltaron
Pero demasiado cerca saludaba el tálamo.
Escogí placer, de bruces caído
Luego vino la tarde con su intentona de respiros
Un fugaz ánimo candente para alimentar un par de pulsiones
Una rascada en los testículos
Un bostezo y más paño para las gafas
Más un bombardeo de imágenes no televisadas,
Unas ganas inefables de gritarle al mundo que ya no lo quería
Y una imagen de San Miguel y compañía advirtiéndome que sobre actuaba.
Por último, cada tres horas medio despertar.

Ayer me encontré con hileras de muertos desconocidos
Con ruines brujas cavándome la tumba,
Con rayos negros absorbiendo mis luces
Pero en eso, se oyó el rugir de un fiero sol
Que, negándose a filtrar al menos una partícula por mi ventana,
Me hizo saber con un piqueteo de aguacero a las cuatro de la mañana quizás
Que puedo seguir elevando cometas desde la bicicleta estática
Y hallar amigos en las primeras líneas
De cada nueva resurrección.
Me acompañaron en la noche el celular y Vargas Vila
En la madrugada buenas notas de un solo de flauta
Y en la mañana el relato de una sesión psicoanalítica,
En la que un amigo se halló poderoso subiendo escalones.


Septiembre 17 de 2009
Leon Plata


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