HÁLITO DE ALBOR- PABLO RODRIGUEZ GUY
Algunos irrupciones del alba actúan como poderosos narcóticos;
la bruma delata prístinas huellas del entresueño,
sumiéndose en la pugna entre lo fantástico y lo que se nos da para parecernos real.
Al tomar como agitador un lado de rayo de sol,
el café se ofrece sempiterno en la llanura de un par de minutos para el olvido.
Al cerciorarse el futuro de quedar bien retratado en alguna infografía de la luna pasada,
el frío acompaña el estallido de los sueños;
la ira del rocío despide los fantasmas que cubre.
Sobras del tintero deambulan hambrientas a la espera de un fugaz pensamiento que las habite;
somos lo que vamos desnudando para cubrir lo pasado;
el colapso de los tiempos ocurre en cada pestañeo;
los cuerpos despiden el polvo que edifica su imagen,
las siluetas despiertan
la renovadora pausa de lo añejo.
los bocados de ufanada realidad se hacen acompañar de tragos de delirio,
el periódico digital no mancha pero sí hiere
dedos que teclean despiadadamente
lo que se alucina
cuando se mira a la calle...
León Plata, viernes 15 de julio de 2011